Actividades.
Exposición: Recuerdos de mi escuela.
Esta exposición contó con el patrocinio de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Viceconsejería de Cultura y Deportes, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna y el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de La Laguna.
La exposición fue visitada por varios miles personas y colegios. Tuvo un amplio eco informativo, tanto en la prensa escrita como en el medio televisivo.
Se expusieron los siguientes paneles:
Recreos y juegos
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TEXTO:
En los años 40-50 no había tantos coches ni el crecimiento urbano actual, por lo que se disponía de un gran número de espacios abiertos y naturales para crear y desarrollar todo tipo de juegos: huertos, barrancos, calles de tierra y solares abandonados. Cualquier cosa encerraba posibilidades para jugar.
Lo que hoy denominamos reciclaje era algo cotidiano para los niños y niñas de la época. Todo tipo de utensilio era bueno para inventar un juguete: ruedas (aros), tablas de formica (deslizadores), tablas de madera y rodillos (carros), clavos oxidados y tablones desechados (casetas), semillas y hojas de plantas (comiditas y tiendas), palos y cuerdas (columpios), horquetas y ligas (tira piedras), barro y piedras (murallas, castillos, carreteras), hilos y telas (muñecas de trapo), y latas de aceite de litro (trampas para lagartos).
En las escuelas los treinta minutos del recreo eran la explosión del juego. Los niños y las niñas jugaban por separado: saltar a la piola o a la chica, hacer batallas, la pillada, el escondite, los boliches o manos arriba era propio de los primeros; en el caso de las segundas era habitual jugar a los cromos, la rueda de San Juan, o la comba. También se utilizaba los recreos para intercambiar las estampas de los álbumes que eran presentados y distribuidos por las casas editoriales dentro de las aulas. Asimismo el intercambio de colorines era habitual aunque se leían al margen de la escuela y a escondidas de los padres.