Actividades.
Exposición: Recuerdos de mi escuela.
Esta exposición contó con el patrocinio de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Viceconsejería de Cultura y Deportes, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna y el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de La Laguna.
La exposición fue visitada por varios miles personas y colegios. Tuvo un amplio eco informativo, tanto en la prensa escrita como en el medio televisivo.
Se expusieron los siguientes paneles:
La escuela (I)
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TEXTO:
Las escuelas no siempre estuvieron ubicadas en edificios destinados para ese fin. Muchas estaban situadas en los ayuntamientos, casas parroquiales o en viviendas alquiladas. Incluso después del plan de construcciones escolares de la década de los 50, se continuó ocupando dichos espacios e incluso salones o garajes para impartir la enseñanza.
La mayor parte de las escuelas eran unitarias, en las que un mismo maestro atendía al alumnado de diferentes edades, madurez y conocimientos. Muchas de las escuelas unitarias estaban situadas en lugares distantes y aislados, y el maestro debía acceder a las mismas a través de senderos, y en esos casos las mulas o burros eran el medio de transporte utilizado.
Solo en las poblaciones importantes se contaba con escuelas graduadas, con un aula para cada nivel y separados los niños y las niñas, que eran educados para una sociedad en la que hombres y mujeres tenían papeles bien diferenciados, tal y como quedaba reflejado en los libros de texto: el mundo del trabajo y del sostenimiento de la familia para los primeros, y el cuidado del hogar y de los hijos para las segundas.
La escuela estaba imbuida de un carácter político y religioso. Era usual la convocatoria a maestros y alumnos para la celebración del “Día del Generalísimo” o el “Día del Alzamiento Nacional”, para la realización de ejercicios espirituales o para la recogida de donativos para obras piadosas. Enciclopedias y libros de texto incluían temas y lecturas en los que las descripciones de hechos y personajes históricos constituían una exaltación de los valores promovidos por el Régimen. Cada semana se escribía y comentaba una máxima moral (“Haz Bien y no mires a quien”, “Hay que dar de comer al hambriento” ...) y una consigna política (“Somos una unidad de destino en lo universal”, “Si los niños están contentos, Franco está contento” ...)
Otras instituciones se hacían también cargo del adoctrinamiento y la alfabetización de los jóvenes. El Frente de Juventudes tenía locales en donde se impartían clases de cultura general, formación política y religiosa con el lema "por el imperio hacia Dios”. La Sección Femenina de la Falange asumió a partir de 1939 un importante papel en la alfabetización de las mujeres adultas, la enseñanza del hogar, así como la Formación Política y la Educación Física en los Institutos y Escuelas Normales.